gonzalo zapata

Gonzalo Zapata es el técnico de la Selección de Balonmano masculino de la Universidad de Chile desde hace 3 años. Su pasión por el handball lo hizo cambiar hasta de carrera u ha vivido entregado a este deporte.

Oriundo de Punta Arenas, comenzó a jugar balonmano cuando tenía diez años, y no paró hasta los 32 años cuando dejó el deporte por una lesión.

 “Me vine a Santiago a estudiar Ingeniería y busqué un equipo.  Se me abrió el mundo de las selecciones, las federaciones trabajan con las selecciones que regionalmente son más cercanas, se me abrió la competencia internacional y me enganché aún más. Renuncié a Ingeniería y me cambié a estudiar Educación Física siempre con el objetivo de estar ligado al handball”, señala.

 Pasión por el balonmano

Para este técnico el Handball ha sido parte de su vida, y le ha entregado muy buenos momentos. “Las cosas que se viven en la cancha no se viven en ninguna parte. La intensidad de prepararse años para jugar un partido, con toda tu motivación y trabajo, no se da habitualmente en la vida diaria, que es plana con emociones controladas”.

 El balonmano le permitía disfrutar de la intensidad en ser él mismo sin ninguna máscara. En cuanto a su retiro del deporte, comenta: “cuando me retiré fue porque me lesione muy fuerte de una rodilla. Mi último partido fue jugando por Chile en un Panamericano del cual tuve que salir en camilla. Yo dejé el deporte, el deporte no me dejó a mí. Además, en ese momento tenía una familia y una rodilla lesionada. No he vuelto a jugar nunca más, porque este deporte no se puede jugar a medias”.

 Dentro de la Universidad de Chile

 En 2009 llegó para dirigir al equipo de FEN y después se quedó con la Selección de Balonmano varones de la universidad de Chile. Tenía su corazón dividido cuando tomó el cargo, ya que durante siete años dirigió a la UMCE.

 “La Chile siempre ha sido un equipo competitivo, que está disputando las finales, donde además ingresan chicos que vienen formados de categorías inferiores. En los otros lugares donde fui entrenador, tenía jugadores que había que formarlos, entonces estaba llegando a un tope y no tenía la posibilidad de desarrollar mi labor desde un piso más alto”. “Permite tener una labor dirigida al rendimiento y entiendo y asumo que tengo el deber de estar con el equipo en los primeros puestos porque hay plantel para eso”.

 Cuenta que estos tres años a cargo de la Selección ha sido un proceso de maduración que le costó. Estaba identificado con otra Universidad, pero le llamó la atención el desafio profesional de tener un equipo de mejor calidad que te exija más como entrenador.

“Me siento privilegiado, ya que en deporte universitario somos la mejor universidad. El grupo humano es muy fuerte, muy bueno y eso genera un mística importante. Me siento orgulloso y con la responsabilidad muy grande de tener un muy buen equipo en mis manos”, expresó.