Carlos Medina Vallejo es el técnico de la Selección de Fútbol masculino de la Universidad de Chile hace 16 años. Su mayor sueño es que el deporte se fortalezca y tome la importancia que le corresponde, tanto a nivel universitario como nacional.
Siempre le gustó el fútbol y al igual que la mayoría de otros jóvenes su pasión por este deporte comenzó en las pichangas de barrio con amigos del colegio y su casa. Profesor de Educación Física de profesión, cuenta que durante su época universitaria jugaba en tercera división, lo que le permitía costear sus estudios y no dejar el fútbol.
“Con 26 años, cuando egresé del Físico, fui llamado a una selección preolímpica y eso me abrió las puertas para volver al fútbol profesional donde jugué 10 años más. Después me llamaron de la Facultad de Economía para que me hiciera cargo de la selección de Economía en el año 89”, comenta el técnico sobre su llegada a la U. de Chile.
Medina afirma que los años en la Universidad “han tenido de todo”, sin embargo, ha sido gratificante ser quien encabeza esta agrupación y este desafío. “Estoy muy feliz con lo que hago y además de encariñarme con el cargo, uno se encariña también con todo el grupo. Uno nunca deja de ser profesor, puede ser entrenador o técnico, pero los que tenemos el título de profesor entregamos algo distinto y este tipo de selecciones da cabida a algo más afectivo”.
Desde siempre ligado a la Universidad de Chile
Carlos Medina, además de ser jugador profesional, fue estudiante de nuestra casa de estudios. “En mi época pertenecí a ‘la Chile’, sentí la camiseta de la ‘U’ durante los 5 años de mi carrera y fui a un mundial universitario. Yo llevo a la ‘U’ impregnada en el pecho y trabajo hace 25 años en la FEN, entonces uno es azul por todos lados”, señaló.
En 1976 se realizó el quinto Mundial Universitario de Fútbol en Uruguay. “Fue una experiencia inolvidable a pesar que nuestra preparación fue pésima. La selección se juntó solo dos semanas antes del mundial, todos los partidos se jugaron bajo la lluvia y nosotros no teníamos zapatos adecuados para esa circunstancia. Viajamos sin uniformes, cada cual lo hizo con lo que tenía”.
El Mundial fue una experiencia inolvidable para el entrenador, ya que «representar a nuestro país es algo que no tiene precio», según señala. “Viajamos desde Montevideo a Rivera en el mismo bus con los coreanos, quienes nos dieron comida, conversamos en inglés ‘atarzanado’ y nos contaban de sus experiencias. Ellos venían de haber jugado los Juegos Olímpicos de Montreal representando a su país, y estaban tan organizados, que fueron los campeones. Al final de todo terminaron aprendiendo el ‘ceachei’. Vimos jugar equipos tan diversos como Senegal y Japón que para nosotros en esa época eran muy extraños. Con un poco más de tiempo de preparación podríamos haber hecho algo mejor”, cuenta el técnico.
Para Medina, la Universidad de Chile es la mejor del país, la más prestigiosa, la más antigua y la que entrega mejores profesionales. “No me quisiera ir nunca y el cariño de los alumnos va fortaleciendo y nutriendo día a día. La universidad es mi segunda casa, si es que no la primera, porque uno pasa más tiempo en el trabajo que en la casa”.
Otro logro que atribuye a su cargo en la Universidad fue ser elegido para dirigir a una selección chilena Universitaria en dos sudamericanos. “Es un orgullo, porque imagínate la cantidad de universidades que hay en el país, y que hayan pensado en mí me llena de orgullo. Y a la vez, sumarle ser técnico de ‘la Chile’, expresa.
Los desafíos pendientes
Para Medina, las diferencias que se viven entre una Facultad y otra a nivel deportivo varían dependiendo de las autoridades universitarias y la importancia que le den al Deporte. En la Facultad de Economía y Negocios le dan mucha importancia al ámbito deportivo. “Yo trabajo en una facultad que tiene recursos y promueven el deporte, pero existe otra realidad también. Vienen estudiantes de otras facultades a pedir un gimnasio porque ellos no tienen esa opción, entonces esa dualidad o esa diferencia es la que vive todo nuestra sociedad en todo ámbito”, opina.
En cuanto al desempeño actual de la Selección que dirige, Carlos Medina señala que siempre intenta llegar lo más alto posible, y eso les transmite a sus dirigidos. Este año el Campeonato Nacional Universitario – al cual ya están clasificados – es el más importante para ellos. “Este torneo es una espinita, ya que nos ha costado mucho ganar ese campeonato. Yo lo gané como jugador cuando era alumno en 1976 y después lo ganaron en el 92”.
A sus 59 años dice que no puede ponerse objetivos a muy largo plazo, pues no le queda mucho en la docencia, pero que de aquí a cinco años más le gustaría “ver a la Universidad de Chile campeón y que el fútbol universitario se fortalezca y vuelva a tener competencia internacional”, finaliza.