Hace algunas semanas Bárbara Hernández participó en el II International Winter Swimming Festival, realizado en Argentina. La nadadora chilena fue la mujer que permaneció más tiempo en el agua y nadó 500 metros frente al glaciar Perito Moreno, en Calafate, con una temperatura de 2,5 grados.
Bárbara es psicóloga de la Universidad de Chile y actualmente estudia en el Magíster en Psicología Clínica Infanto-Juvenil en la Facultad de Ciencias Sociales (Facso). Aprendió a nadar a los seis años de edad en la Piscina Universitaria de nuestra casa de estudios, recinto que fue su lugar de formación y que hasta el día de hoy continúa siendo su centro de entrenamiento después de más de dos décadas.
“Empecé a nadar a los 6 años en la piscina de la Universidad de Chile y por eso soy tan chuncha, cuando voy a competir nado con mi camiseta y mi poleron de la ‘U’. Incluso mi abuela trabajó en la U. de Chile. Mis papás me metieron para que no me ahogara porque me gustaba el mar y en mi vida jamás he dejado de entrenar”, señala.
En la selección de natación de la Universidad de Chile, Bárbara Hernández es dirigida por Cristian Zúñiga, a quien conoce desde hace varios años porque era su compañero de entrenamiento. “Él es un siete como persona y como entrenador. Sus entrenamientos me ayudaron mucho a prepararme para mis travesías”, cuenta.
La experiencia en aguas abiertas
Barbara explicó que el Winter Swimming Festival es una iniciativa del nadador argentino Matías Ola para unir a nadadores de todo el mundo y de todas las edades con el objetivo de difundir los nados en aguas abiertas a nivel internacional.
Bárbara asistió con todos los gastos pagados a competir con otros 53 nadadores provenientes de 22 países, donde cruzó desde Argentina hasta Uruguay haciendo relevos, además de nadar en la ciudad de Calafate, frente al glaciar Perito Moreno bajo condiciones climáticas muy extremas y en aguas de solo 2,5 grados.
Pero el Winter Swimming Festival de Argentina 2015 no fue la primera experiencia de este tipo para Bárbara. Más de 10 años lleva nadando en aguas abiertas y fue seleccionada nacional entre los años 2006 y 2008. El año 2015 ya había participado de esta misma competencia y además ha realizado diversos nados en aguas abiertas. Entre sus travesías más icónicas, Bárbara Hernández ha nadado el Estrecho de Magallanes, el Canal de Chacao, 22k de Concón a Valparaíso, 7k en el Lago Titicaca, 10k en Zárate y 10k en Cartagena de Indias.
“Cuando crecí me di cuenta que el mundo es cada vez más amplio y que hay mucha gente practicando el mismo tipo de nado que yo. Me invitaron a travesías y eso aumentó mis ganas de nadar en otros lugares. Me encantaría nadar desde Arica hasta la Antártica en traje de baño, pero para eso te tienen que conocer. No puedo entender que teniendo la Isla de Pascua, nadie le haya dado una vuelta, siendo que yo sí puedo hacerlo. Otros lugares, como el Estrecho de Gibraltar, se nada desde 1900 y solo dos chilenos lo han hecho”, expresa.
Su próximo desafío: el Winter Swimming World Championship 2016 en Tiumén, Rusia
El nado en aguas abiertas que practica Bárbara Hernández es una disciplina que requiere una gran preparación tanto física como sicológica. Las bajas temperaturas, además de las fuertes corrientes que están presentes en algunas aguas, obligan a una gran preparación de los competidores. En el Winter Swimming Festival, Bárbara cuenta que no todos quienes asistieron tuvieron éxito en sus nados.
“El desgaste físico es duro porque obligas a tu cuerpo a entrar a aguas a las que no resiste. Vi a gente con principio de hipotermia, argentinos en su mayoría, porque los nórdicos están mucho más adaptados a esas condiciones”, comentó sobre lo que vio en Argentina.
Para soportar las temperaturas, Bárbara entrenaba todos los días, practicó yoga tres veces a la semana para prepararse mentalmente y acudió a nadar a la Laguna del Inca, ubicada en la provincia de Los Andes, donde el agua también tiene una temperatura inferior a 5 grados. Según explica, con diez minutos nadando a esa temperatura sin traje de neopreno “se te duerme todo el cuerpo, no sientes brazos, pies. Olvídate de tu cara, sientes muchas agujas, es extraña la sensación. Se necesita mucha determinación”.
El buen desempeño que mostró en el Winter Swimming Festival le valió ganarse un cupo para el mundial de nado de invierno que se disputará el año 2016 en la ciudad de Tiumén, en la región rusa de Siberia.
“El requisito para clasificar al Mundial era aguantar el agua y sobrevivir dignamente a esas temperaturas. La recuperación es más importante que el puesto en que uno sale. Yo gané mis categorías, pero la capacidad para reponerse después de estar expuesta a bajas temperaturas es lo que más importa. En el fondo, el estar dispuestos a competir en situaciones extremas, que te vean que vas a salir bien, que no te vas a morir nadando y que uno además lo disfrute. Esos son los requisitos fundamentales”, explica.
Respecto de la situación en Chile, Hernández opina que aún falta camino por recorrer si queremos llegar a hacer algo similar a las competencias y actividades que realizan otros países, pero que el cambio fundamental debe darse en la mentalidad y la forma en que miramos este tipo de nados.
“Aquí aún no se ha cambiado el switch. Te dicen que tienes que nadar con traje de neopreno, que no se puede nadar en invierno, siempre hay excusas. Yo quiero ir ampliando la práctica del nado en aguas abiertas. En nuestro país hay varias personas que están haciendo este tipo de nados pero no se conocen entre ellas y eso debe cambiar”, concluye.