El torneo de exhibición realizado en las canchas interiores del Parque Quinta Normal destacó por lo disputados que fueron los partidos, especialmente la final, donde se debió ir a alargue con punto de oro. Ahí los azules aprovecharon un error de su rival para levantar la copa.
Cuando los equipos de Arquitectura con Química sostenían un entretenido duelo en la cancha habilitada detrás de los museos, tres de los cuadros semifinalistas, se encontraban en el borde realizando la preparación física. Faltaba Medicina, cuyo representativo se retiró de la competencia al no contar con numeración completa para la ocasión, debido a compromisos paralelos. Entonces Ingeniería avanzó a la final sin tener que enfrentarlos.
Eso permitió a los hombres vestidos de rojinegro, presenciar la otra llave, donde Antumapu dio cuenta de los celestes de la Facultad de Derecho. Así, luego de los correspondientes siete minutos por lado en este evento de exhibición que no entregó puntajes, los azules clasificaron al encuentro final.
Pese a ser el equipo que lleva más tiempo jugando juntos, lo cierto es que igual debieron sudar la gota gorda para poder dar la vuelta olímpica. Ocurre que Ingeniería fue un hueso duro de roer, dándoles ardua lucha, al extremo de terminar empatados a 10, por lo que se debió acudir a un tiempo extra. El alargue se definió con punto de oro, el que favoreció a Antumapu gracias a un inoportuno error de su rival en un minuto clave, inclinándose la balanza a su favor. Pero a ninguno de los presentes en el recinto habría sorprendido si Ingeniería se hubiese titulado campeón.
El entusiasmo de los participantes resultó evidente: de manera paralela se sabía del reciente título de Universidad de Chile como campeón del Nacional Universitario de Rugby realizado en Valdivia, donde los santiaguinos derrotaron por 53 a 5 a Universidad de Tarapacá en la final, logrando el bicampeonato del torneo. Varios de sus representantes defienden tanto a Antumapu como a Ingeniería, los finalistas en estas olimpiadas universitarias.
Los diferentes juegos nos dejaron un abanico de jugadas, destacando cada elenco por sus tácticas, donde los capitanes jugaron un rol preponderante. Mucho empeño, bastante desorden, aunque contagiante entusiasmo de los jóvenes, fueron dando forma a una jornada entretenida, que cumplió con una de las finalidades básicas de este rudo deporte: divertir a la concurrencia. En tal sentido, nos sentimos pagados.